martes, 22 de septiembre de 2009

EL SECRETO DE SUS OJOS



País: Argentina. Dirección: Juan José Campanella. Intérpretes: Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella, Pablo Rago, Javier Godino. Guión: Juan José Campanella, Eduardo Sacheri. Música: Federico Jusid, Emilio Kauderer. Fotografía: Félix Monti. Distribuye en Cine: Altafilms. Duración: 127 min. Público apropiado: No recomendada para menores de 18 años. Género: Cine negro, Drama, Thriller. Estreno: 25-09-2009. Contenidos: VX.


La persistencia de los recuerdos

Benjamín Esposito es un funcionario de los juzgados de Buenos Aires que se acaba de jubilar. Para matar el tiempo libre y huir del vacío intenta escribir una novela sobre el pasado para así resolver sobre el papel dos hechos que le marcaron treinta años atrás, y que aún le siguen obsesionando: el caso de asesinato y violación de una joven maestra que se cerró sin un veredicto justo y su amor secreto hacia Irene, su antigua jefa.

El director de El hijo de la novia y El mismo amor, la misma lluvia, vuelve a la gran pantalla, después de haberse dedicado a la televisión en USA, con una historia ambientada a caballo entre la Argentina de los años setenta y la época actual. Se trata de un peculiar thriller, con toques de cine negro y románticos. El ritmo, salvo en algún momento de la segunda parte del filme, no decae y Campanella rueda con maestría, sobre todo esos primeros planos de los ojos que se repiten en momentos clave de la trama.

La interpretación de los actores también es notable, de gran naturalidad, tanto en el dúo Esposito (Darín)-Irene (Soledad Villamil), que rezuma emotividad y contención, como en el de Esposito con su compañero Sandoval, que provoca el mayor número de carcajadas de la película.

Como única objeción a este filme brillante que es El secreto de sus ojos recordar que Campanella vuelve a incidir en una constante de su cine: la ausencia de personajes con unos criterios morales claros y nítidos, y el recurso –esto tal vez sea nuevo en su cine– a dos breves escenas algo desagradables por su carácter explícito en cuanto a la violencia y el sexo. Es cierto que el argentino no se recrea en ellas, pero tal vez se podían haber rodado con más sutileza.

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