jueves, 28 de enero de 2010

INVICTUS




País: EE.UU. Dirección: Clint Eastwood. Intérpretes: Morgan Freeman, Matt Damon, Tony Kgoroge, Patrick Mofokeng, Matt Stern, Julian Lewis Jones. Argumento: John Carlin (libro). Guión: Anthony Peckham. Música: Kyle Eastwood, Michael Stevens. Fotografía: Tom Stern. Distribuye en Cine: Warner. Duración: 133 min. Público apropiado: No recomendada para menores de 7 años. Género: Drama Histórico. Estreno: 29-01-2010.

Perdón y reconciliación

Nelson Mandela es elegido presidente de Sudáfrica después de pasar más de 26 años en prisión por su oposición al apartheid. A pesar de todo, decide olvidar el pasado y reconstruir un país ferozmente dividido entre blancos y negros. Comienza tomando medidas que sorprenden a unos y a otros, como mantener a los asesores y funcionarios del anterior gobierno, o agrupar a agentes blancos y negros en su escolta personal.

Pero su medida más simbólica y llamativa consistirá en enarbolar una bandera aparentemente poco política o urgente para la economía del país, pero que intuye que puede reconciliar a todos los sudafricanos: el rugby. Se trata de una estrategia muy audaz, propia de un político de raza como es Mandela, pues si consigue unir a sus habitantes en una causa común, “un equipo, un país”, todo el mundo será testigo de ello, al ser elegida Sudáfrica como sede del Mundial de Rugby de 1995. Para asegurar el éxito, Mandela pide ayuda a Francois Pienaar, capitán de la selección nacional.

Clint Eastwood realiza un filme conmovedor que da fe de su evolución como cineasta, si no en la forma –sigue siendo el último gran clásico del cine– sí en el fondo, al apostar por mantener ese giro que ya inició en Gran Torino y que ha llevado al casi octogenario director a dar un vuelco radical en su filmografía. En efecto, años después de Sin Perdón –y repitiendo con Morgan Freeman como intérprete– nos ofrece en Invictus una emotiva lección sobre la fuerza del perdón, una actitud que parece casi sobrehumana y que no en vano nos permite vislumbrar algo del misterio de Dios; tal vez esto explique el progresivo interés que manifiesta últimamente Clint Eastwood por la religión y las preguntas fundamentales sobre el sentido de la vida.