País: EE.UU. Dirección y guión: Terrence
Malick. Intérpretes: Ben Affleck, Olga Kurylenko, Rachel McAdams, Javier Bardem. Música: Hanan Townshend. Fotografía: Emmanuel Lubezki. Género: Drama romántico. Distribuye
en cine: Vértigo. Estreno:
12-04-2013. Publico adecuado: No recomendada
para menores de 16 años. Contenidos:
SX.
El resbalón de un genio
Neil y Marina están
enamorados y viven juntos en la isla francesa de Saint Michel, muy conocida en
Francia por ser un destino muy popular para peregrinos y turistas, gracias a su
hermosa abadía. El edificio se alza hacia el firmamento sugiriendo un ámbito de
encuentro entre el cielo y la tierra. Neil abandonó Estados Unidos buscando una
vida mejor y Marina está divorciada y es madre de Tatiana, una niña de 10 años.
Pocos años después, se trasladan a una pequeña ciudad de Oklahoma donde Neil
trabaja como inspector medioambiental. Pero el amor se va enfriando porque Neil
no acaba de comprometerse, y Marina desea casarse por la Iglesia, pero se lo impide el vínculo contraído en su anterior matrimonio. Entonces aparece en escena Jane, una
antigua amiga de la infancia de Neil, lo que precipita el retorno a Francia de
Marina. Testigo de estas vidas será el padre Quintana, un sacerdote católico
entregado pero que atraviesa una crisis de fe.
Terrence Malick nos ofrece con To
the Wonder, como hiciera con la reciente El árbol de la vida, otro recital de belleza fílmica: una cuidada
fotografía plasmada en hermosísimos planos armonizados por una excelente banda
sonora, montaje impresionista que resalta lo poético de situaciones cotidianas,
ausencia casi total de diálogos reemplazados por el recurso a la voz en off.
Pero no se trata tan sólo de una obra bella, sino que nos brinda perlas como
estas, poco habituales en los filmes que pueblan nuestras carteleras: “Los sentimientos
van y vienen como las nubes. El amor no es sólo un sentimiento”. “El amor debe
transformarse en algo más espiritual”. “Conoceos en ese amor que no cambia
jamás”.
Y sin embargo… el resultado final, sobre todo después de visionar esa
obra maestra que es El árbol de la vida,
resulta cuanto menos decepcionante. Sobre todo a nivel antropológico: To the Wonder resulta confusa, ambigua,
e incluso fría a la hora de trasmitir un mensaje -que ciertamente es sugerente
y profundo- sobre el amor humano, e incluso sobre el amor a Dios.
¿Cuáles son, en mi opinión, los puntos débiles de esta película? El
primero es la propia historia de amor, o más bien la ausencia de ésta (acepto que
Malick es un autor más poético que narrativo, pero eso no invalida mi crítica):
muchos espectadores (entre los que me incluyo) no llegarán a identificarse con
esa avalancha de planos sentimentales, reiterativos, que pueden llegar a cansar
y en los no se refleja más que la simple efusión sentimental del amor. Las
imágenes de To the Wonder exponen, exclusivamente,
un amor a flor de piel, pasional, y de ahí, sin solución de continuidad, pasan
a la violencia doméstica, la crisis, la infidelidad, como si en medio no existiera
nada: ni una escena de amor cotidiano, de esfuerzo gozoso por darse al otro o
que refleje la tarea de crear una vida juntos. Da la impresión de que Malick encasilla
el amor sexuado en los angostos parámetros del eros y el thanatos, solo hay
lugar para la efusión romántica o la violencia.
El segundo error consiste en la falta de unidad orgánica que hay entre la
atractiva factura visual del filme y la voz en off: en El árbol de la vida las voces de los personajes reforzaban o añadían
significado a lo que aparecía en la pantalla, en To the Wonder simplemente parecen venir de otro planeta, y eso que son
lo mejor de la película: una auténtica lección de antropología amorosa; pero curiosamente,
no brotan de lo que vemos en la pantalla. El alma y el cuerpo de esta película no
van de la mano. Todo ello instaura un contraste tal que a ciertos espectadores
producirá desconcierto, aburrimiento o desinterés.
Como consecuencia de todo lo anterior –en tercer lugar– se vuelven inverosímiles
o poco atractivas ciertas situaciones de la película: es el caso del padre Quintana,
que por otro lado auguraba ser uno de los personajes más interesantes de la película, interpretado por Javier Bardem. Y
eso a pesar de las hermosas oraciones que pronuncia (en español, también en la versión
original): “Cristo delante de mí,
Cristo detrás de mí, Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda…”.
En otros casos, las situaciones resultan muy poco creíbles, como la infidelidad
de Marina con un tipo siniestro, sobre todo después de haber recibido los
sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía.
Por otra parte, las fugaces escenas eróticas no aportan nada esencial a
la trama ni proporcionan fuerza a la historia, y para colmo, algunos espectadores
acostumbrados al morbo las criticaran por considerarlas demasiado light (ya circula por Internet alguna crítica en este sentido). Cuando una historia de amor tiene
suficiente intensidad dramática en sí misma –no es el caso de To the Wonder (aunque el mensaje que Malick pretende trasmitir,
repito, sí tiene hondura espiritual)– nadie echa en falta escenas de sexo explícito.
En definitiva, To the Wonder es
una obra menor dentro de la excelente filmografía de Malick, un mero ensayo o
esbozo sin pulir. Y no porque los materiales sean de baja calidad, todo lo
contrario, sino porque no están ensamblados como deberían. El director texano tendría que haber esperado unos años (como solía hacer) antes de realizarla.
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