País: EE.UU. Dirección: Ridley Scott. Intérpretes: Noomi Rapace, Michael
Fassbender, Charlize Theron, Guy Pearce, Logan Marshall-Green. Guión: Damon Lindelof, Jon Spaihts. Música: Marc
Streitenfeld. Fotografía: Dariusz Wolski. Distribuye en cine: Fox. Contenidos:
VS. Público apropiado: No
recomendada para menores de 16 años. Estreno:
03-08-2012.
Mucho
ruido y pocas nueces
Un equipo de científicos emprende un viaje
a bordo de la nave Prometheus con el
objetivo de resolver el enigma sobre el origen de la especie humana. A la
cabeza de la expedición figuran dos jóvenes científicos, la doctora Shaw y Charlie
Holloway. Shaw es creyente (no se desprende del crucifijo que heredó de su
padre) y quiere reforzar más su convicción religiosa, mientras que Holloway es
algo escéptico. En el transcurso de su labor, estos dos arqueólogos han
descubierto unos pictogramas rupestres que proporcionan pistas sobre antiguas
civilizaciones que poblaron la Tierra. Ellos consideran este hallazgo como una invitación
a viajar hacia un lejano planeta; para lograrlo convencen a una gran
corporación, Weyland Industries, para que sufrague la misión.
Trailer Prometheus
Ridley Scott regresa al género de
ciencia-ficción que le encumbró hace décadas con dos de sus mejores películas: Alien, el octavo pasajero y Blade Runner. Y lo hace con un filme que
pretende ser una precuela de Alien, aunque
también hay en Prometheus referencias
a 2001, una odisea del espacio de
Kubrick (sobre todo con el personaje del robot David, que mantiene una relación
de obediencia y menosprecio hacia los humanos similar a la de Hal, el ordenador
de la citada 2001).
Prometheus
también pretende situarse en la órbita filosófica y mítica de la magistral Blade Runner. “La metáfora central de la
película gira en torno al titán griego Prometeo, que desafió a los dioses al
proporcionar a los humanos el don del fuego, por lo cual fue terriblemente
castigado”, declara Scott. “Cuando aludes al mito en el que se basa el título
del filme, en realidad hablas sobre el tema de la relación que el ser humano
establece con los dioses –los seres que nos crearon– y lo que sucede cuando los
desafiamos”. Y al igual que la obra maestra de Scott, Prometheus habla
sobre nosotros, quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos.
Pero no se hagan ilusiones, porque todo en Prometheus se queda en buenas
intenciones y no va más allá. Y sólo con buenas intenciones no se llega muy
lejos, ni en el cine ni en la vida. Por eso, después de una presentación
interesante y sugerente que pretende encontrar un porqué al enigma del hombre y
soslayar ciertos dogmas cientificistas como el evolucionismo radical y
materialista, la película desemboca en un espectáculo visual eficaz pero
carente de emoción: lento, soso y aburrido, con personajes superfluos (como el
de Charlize Teron) y que a nivel temático sólo refleja una vaga y confusa
noción de trascendencia (parece lógico pensar que la causa de nuestro origen no
es otro ser finito, pero esta idea sólo está implícita en el filme y hubiera
sido muy interesante desarrollarla).
A muchos nos da la impresión de que Ridley
Scott entonó su canto de cisne hace 30 años con Blade Runner, y desde entonces no ha vuelto a levantar cabeza. Es
cierto que sus películas tienen un excelente diseño de producción y, por tanto,
una poderosa fuerza visual, pero carecen de ideas consistentes y profundas.
1 comentario:
Sería interesante hacer un repaso de las obras de algunos directores que, tras el éxito de alguna de sus películas, no vuelven a hacer nada de valor. Podría llegarse a la conclusión de que la clave fue encontrar una buena historia y un buen guion. Se me viene a la memoria F. Darabont (Cadena Perpetua), L. Kasdan (El turista accidental), R. Benigni (La vida es bella) o J. Schlesinger (Marathon man).
En otros casos, el asunto sería más dicutible, pero ¿cuántas películas merecen la pena de D. Lynch (Una historia verdadera), el mismo R. Scott o incluso Coppola?
Si pensamos, por el contrario, en directores clásicos, habría que darle la vuelta a la pregunta: ¿qué película no merece la pena de J. Ford, H. Hawks o Capra?
Algunos, no obstante, no viven del cine, y sólo hacen alguna película si tienen algo que decir. Así, Dreyer o Erice. Son pocos.
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