País: España. Director: Pedro Delgado. Voces de doblaje: Miriam Fernández (Alexia), Richard del Olmo (Hugo), Ignacio Aramburu (Paco), Mila Fernández (Moncha) y María Teresa Neila (Celes). Guión: Pedro Delgado y Jerónimo José Martín. Productores ejecutivos: Andrés Barbé y Jaime Martul para Formato Producciones, Alquitara Films y European Dreams Factory. Productores asociados: Jerónimo José Martín y Filomeno Martínez de Aspe. Música: Íñigo Guerrero. Fotografía: Moncho Rebón. Distribuye en cine: European Dreams Factory. Género: Documental biográfico. Año de producción: 2011. Duración: 70 min. Público apropiado: Para todos los públicos. Estreno: 13-05-2011.
El verdadero Camino
Alexia González-Barros es una muchacha madrileña que falleció con fama de santidad en 1985 tras una dolorosa enfermedad causada por un tumor maligno. El heroísmo, entereza y serenidad de la muchacha ante el dolor, y el gran número de devotos que suscitó (y sigue suscitando) entre jóvenes de todo el mundo, dieron lugar a que se iniciara el proceso canónico para su beatificación y canonización.
La historia de Alexia es una hermosa epopeya de fe, amor y sacrificio que fue malinterpretada por Javier Fesser en su película Camino (puede leerse en este mismo blog mi reseña sobre la misma). Tal despropósito llevó a otro miembro de la Academia de Cine y autor de algunas películas de animación, Pedro Delgado, a embarcarse en un proyecto que hiciera justicia a una joven que mostró con su vida aquello que proclamaba el beato Juan Pablo II: “se puede ser moderno y a la vez profundamente cristiano”. Le acompaña en la elaboración del guión Jerónimo José Martín, reputado crítico de cine y presidente del CEC (Círculo de Escritores Cinematográficos).
El resultado es un documental en el que la propia Alexia y Hugo, su ángel custodio, con el apoyo de muchas imágenes de video casero que rodó Paco –el padre de Alexia– nos muestran con sencillez y sentido del humor (algunas recreaciones con dibujos de sucesos de su vida son francamente divertidas) el relato de una niña vitalista, alegre, que le gusta bailar, el cine, pintar cuadros, hacer vela, viajar, pero que también sabe que su existencia no finaliza en esta tierra, y con una entereza impropia de sus catorce años afronta sus momentos finales. En definitiva, una película que se ve con agrado, sin escenas desagradables, con buena música y que no dejará indiferente al espectador.
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